Páramo del Sol seguirá cerrado para el turismo hasta el 2026
- conexiónsur
- 24 ago
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El Colombiano informó que Corpourabá oficializará la próxima semana, por cuarta vez consecutiva, el cierre preventivo del páramo del Sol, medida que se extenderá hasta agosto de 2026. Con esta decisión, el ecosistema ajustará cuatro años sin acceso turístico y solo disponible para investigación científica.
La determinación se habría adoptado tras un intento fallido de socialización del estudio de capacidad de carga, requisito clave para su eventual reapertura. Andrés Hernández, director territorial de Urrao, le explicó a ese medio de comunicación que, mientras no se garantice la plena implementación del plan de manejo ambiental no habrá posibilidad de habilitar el páramo al turismo.
El estudio, inicialmente contratado con la Universidad de Antioquia y luego asumido por la ONG Funsostenible, concluyó que sí sería posible realizar actividades turísticas en sectores específicos, pero bajo estrictas condiciones. Entre ellas, una inversión de al menos $5.000 millones en infraestructura que permita un turismo responsable: puentes, pasos elevados, señalización, y la presencia de un operador especializado que administre los accesos, disponga de guías y personal de control, como ocurre en los parques nacionales.
Hoy, sin embargo, el panorama es distante. El páramo no cuenta con guardabosques permanentes ni con personal de control asignado por la alcaldía o la policía. Esta ausencia preocupa a expertos como Navarro, quien cuestiona por qué, pese a los recursos que recibe el municipio y la autoridad ambiental, no se garantiza siquiera un funcionario básico para la protección de la zona.
Mientras tanto, los corredores del oso andino, especie emblemática del ecosistema, muestran signos alentadores de recuperación. Rastros más frecuentes indican que la reducción de la presión humana está favoreciendo su presencia. El Ministerio de Ambiente ha subrayado que el país vive un momento crucial para consolidar esa recuperación, aunque advierte que el 60% de los páramos siguen bajo fuerte amenaza por ganadería, agricultura extensiva, minería y turismo descontrolado, factores que degradan cientos de hectáreas de estos ecosistemas estratégicos.
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