El cese de los trabajos que se venían adelantando en materia de infraestructura vial en Andes, como la placa huella de la vereda Río Claro, en Santa Rita, o la de El Molino, en zona semiurbana, ha generado inquietudes entre los habitantes de esos lugares –e incluso- el señalamiento público por parte de algunos concejales que se preguntan por qué cesaron dichos proyectos. El alcalde Carlos Alberto Osorio, aduce que hay varios factores; uno de ellos, el que se hayan acabado ya algunos materiales. “Ustedes bien saben del alza en el acero y las dificultades para la compra del cemento. Para terminar lo que ya iniciamos y para iniciar obras en aquellas otras veredas con las que nos comprometimos, necesitamos alrededor de $400 millones”.
Asegura el mandatario que ya se están haciendo los traslados presupuestales de orden administrativo, exigidos legalmente a los entes territoriales cuando de compras de materiales y contratación de personal se trata. “Debemos hacer el convenio con VIVA para la compra de los materiales y terminar con esos tramos que nos faltan. Yo los he caminado y los conozco, nos falta La Aguada, La Pava, unos cuantos metros en Río Claro, entre otros”.
Veredas como El Crucero, El Cedrón, Las Flores, La Borraja –en Santa Inés- y Risaralda, Piamonte y El Rojo, serían los otros puntos por intervenir con placa huella durante el segundo semestre del año, donde, según explicó el acalde, será posible avanzar si al presupuesto destinado se suman los recursos del pago de impuesto predial e industria y comercio por parte de la ciudadanía.
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