Ad portas de cumplirse 8 meses de la fatídica tragedia del Centro Educativo Rural La Lejía en el sector El Porvenir, corregimiento de Tapartó, no se ven avances significativos para edificar la escuela con la que se comprometieron las autoridades de toda índole: desde las Nacionales, como el Ministerio de Educación Nacional, hasta las departamentales, en cabeza del propio gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa.
Si bien los padres de familia de los estudiantes saben que debe haber un cumplimiento de criterios y pasos previos, lo que suele aletargar casi cualquier proyecto en el sector público colombiano, un punto inicial fundamental es la definición del lote donde se ubicaría la nueva escuela, acción que no se ha podido concretar. “Estamos desde el año pasado yendo a Tapartó donde nos prestan un salón. Habíamos visto un terreno y un representante de la familia propietaria nos dijo que ese no se podía porque la finca estaba creciendo y debían construir en ese punto cambuches y comederos”. Afirmó Alba Lucía Vélez Castrillón, representante de las madres de familia.
La gestión se alarga con lo que alba Lucía bien denomina como un ‘lleva y trae’ de razones entre los dueños del lote, sus representantes en la zona y las autoridades gubernamentales, por lo que amablemente piden celeridad, ya que días después de ocurrida la tragedia fueron consolados con las ilusiones de contar con una mejor escuela, pero hoy dichas ilusiones se desvanecen con la ausencia de respuestas y acciones concretas. “Nos propusieron un lote que hay a la entrada de La Cueva y otro más arriba por La Pedrala, pero este último es más lejos”.
Alba Lucía ha sido quien incansablemente ha gestionado, caminado, escrito y mejor dicho hecho de todo en pro de la continuidad educativa de los menores que están siendo atendidos, ya con profesora propia, en la Institución Educativa de Tapartó, en el centro poblado del corregimiento, pero como dice la canción de Alejandro Sanz: No es lo mismo.
Buscar la respuesta del ente público respecto a este caso, como menester del oficio periodístico, seguramente será horadar sobre un hecho en proceso, toda vez que no se ha pasado de la etapa en la que anteriormente ya hemos indagado: la de encontrar primero el lote. Por ende, la respuesta oscilará alrededor de una máxima poco desconocida cuando de promesas públicas se ha tratado y que se resume en dos palabras: “estamos gestionando” ... y seguramente así ha sido, pero el ritmo es el que no ayuda a estas familias que, ocho meses después, siguen sin escuela propia.
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