No lo están pintando: lo están restaurando. Así es, la intervención que se está llevando a cabo del templo Nuestra Señora de las Mercedes, en Andes, no es cualquier cariñito; de hecho, es una intervención de alta tecnología que además de limpieza y pintura contempla, otras acciones que así explica Julián Cardona, gerente técnico de la empresa Química Colombiana, encargada de llevar a cabo este proyecto. “Estamos trayendo una propuesta integral de mantenimiento donde abordamos diferentes elementos, uno de ellos es toda la parte preventiva y de control de formación de hongos, aplicando killers especializados”.
Está restauración contempla el uso de insumos y herramientas de avanzada, al punto que el templo, según las condiciones climáticas, podría llegar a durar como si estuviera recién pintado, entre 12 a 15 años, desmintiendo aquellos rumores que establecen qué al utilizarse compresor, la pintura no tiene la suficiente aprehensión en la fachada. “Se están pintando algunas zonas con un equipo airless que tiene la función específica de lanzar y pulverizar la pintura y con ello logro una mejor penetración y anclaje”.
Para el párroco Manuel Guillermo Laverde, era justo y necesario llevar a cabo el proceso de restauración de un templo, que, además de atractivo turístico, resulta bastante llamativo por su estilo gótico, su gran tamaño y acabados estéticos sobresalientes, claro está, además de lo significativo que resulta para los andinos esta edificación, sin importar su credo. “Gracias a Dios y al esfuerzo de nuestros antepasados tenemos un templo hermosísimo y muy sólido. Quienes trabajan en el área operativa de este proceso han dicho que están admirados de la solidez de la edificación”.
Primero fue el cementerio, que todavía está en proceso de intervención, actualmente el templo Nuestra Señora de las Mercedes, y ahora, ¿qué viene? “Lo que viene es otro párroco que siga…” finalizó anotando entre risas el sacerdote.
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