Las amenazas de represalias ante la extradición de alias Otoniel, máximo cabecilla del Clan del Golfo, han tomado forma en el Suroeste antiqueño con varios hechos.
Autoridades de Fredonia reportaron un homicidio cometido en la madrugada de este viernes y que estaría ligado a la disputa por el control del territorio para el tráfico de estupefacientes. En medio de la inspección técnica de la escena, efectivos de la fuerza pública fueron objeto de hostigamiento con disparos de fusil, dijo al periódico El Colombiano el alcalde Gustavo Guzmán, quien agregó que la situación estaría ligada al paro armado promulgado por el Clan del Golfo.
Horas después se supo que, en el punto conocido como Altos de la Bonita, en la vía Amagá - Fredonia, fue incinerado un camión. Asimismo, fachadas de casas de ambos municipios amanecieron con grafitis alusivos a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia - A.G.C. -.
De otro lado, viajeros que venían hacia el Suroeste por la vía Santa Fe de Antioquia – Bolombolo, encontraron suspendido el paso por parte de la policía ante posibles retaliaciones de grupos armados en ese tramo. Minutos después se conoció un video en el que se aprecian dos vehículos quemados en el punto de ingreso al municipio de Caicedo, impidiendo el tráfico.
En Urrao, en la vereda Sabanas, fueron incinerados dos vehículos de desminado humanitario. Sobre este hecho, circula un video en el que quien graba, vincula la autoría a las A.G.C. y dice:
“Esto es para que vayan copiando que nosotros no estamos acá como por estar. Nosotros tenemos que cumplir una orden (…). Y si bajan cuatro, cinco o seis, eso quemamos”.
En Salgar las autoridades municipales analizan la situación, toda vez que hay denuncias de acciones de hombres armados que se habrían identificado como miembros de las A.G.C. haciendo regresar a quienes transitaban por la vereda La Yaruma, incluyendo docentes y estudiantes de la I.E. Abelardo Ochoa del corregimiento La Cámara, por lo que directivos docentes dieron instrucción de retorno a casa o a sus estamentos.
Por el altoparlante del templo San Juan Evangelista se anunció a los habitantes del sector rural que habían arribado al casco urbano, que debían retornar pronto a sus hogares, toda vez que los camperos de transporte de pasajeros saldrían antes de lo previsto para las veredas.
Finalmente, en el municipio de Betulia el comercio cerró por miedo a retaliaciones violentas.
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