Como es habitual, mientras su madre hacía las labores de la casa, Miguel* dedicaba la noche a sus estudios. De pronto, alguien golpea la puerta por lo que la señora de la casa se dirigie a abrir. Sobre la acera, se encuentra un hombre acompañado de dos mujeres que preguntan si pueden pasar a ver la casa, ya que el propietario había dado aval para visitarla, pues esta se encontraba en venta. ¡Es cierto! -pensó la mujer- y acto seguido les invitó a pasar sin saber que en ese momento estaba siendo víctima de un timo.
Esto fue lo que le ocurrió a una familia andina en el barrio El Hoyo el pasado martes 21 de febrero, cuando, lo que parecía ser una visita de supuestos interesados en comprar la vivienda, no era más que un entramado para robar pertenencias.
“Justo en el momento en el que mi mamá los deja ingresar, aparece una tercera mujer, preguntando por la existencia de un apartamento para alquilar o vender y luego otro hombre arriba, haciendo más preguntas, lo que le da tiempo a quienes ingresaron primero, de entrar a los cuartos para revisar que hay de valor que puedan llevarse”, reveló el joven, quien continúa diciendo que una vez se topan con él en la última habitación, deciden no entrar y se van rápidamente. “Gracias a Dios, en la habitación en la que me encontraba era en la que teníamos las cosas de valor. En las demás, descubrimos que forzaron las chapas de algunas gavetas, pero no se robaron nada”, precisó.
El testimonio de la víctima, cuyo nombre fue cambiado a su petición, da cuenta de varios factores clave en la estafa y posterior hurto: el primero, que los delincuentes acceden a información real para adaptarla a su favor y persuadir a las personas. Lo segundo, el aprovechamiento de la estancia de una o pocas personas en la casa, por lo que puede haber observación previa sin que la víctima pueda notarlo, y tercero: el abordaje de varias personas al tiempo para distraer a su objetivo.
En este caso fueron solo daños menores en los muebles de la casa y sucedió igual con un vecino, pero meses atrás en el mismo sector, abordaron a una modista a quien tristemente sí lograron robarle algunas joyas y pertenencias cuando los estafadores se hicieron pasar por supuestos clientes.
La denuncia de este caso se ha interpuesto ante las autoridades, desde donde se afirma que no es la primera vez que algo así ocurre en Andes y seguro no será la última, pero eso sí, la recomendación es estar prevenido, dispuesto y atento ante comportamientos inusuales que ocurran en su sector, más aún si involucra a personas que actúen de manera sospechosa.
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