Los 510 internos del Centro Penitenciario de Andes se hicieron sentir la noche de este jueves 26 de noviembre. Con cacerolas, ollas, arengas y una que otra mecha encendida, exigieron al Gobierno nacional darle celeridad a la adecuación de escenarios con normas de bioseguridad para reactivar la recepción de visitas familiares. “Fue una protesta controlada en todo momento que comenzó hacia las 9:30 p.m. Los internos quisieron manifestar su deseo de que fueran reactivadas las visitas. En ningún momento fue una protesta contra la institución”, precisó Luz Edilia Colorado Villa, directora del denominado centro carcelario.
Las visitas están suspendidas desde el 13 de marzo por cuenta de la COVID- 19 en todos los centros de reclusión del país. “La dirección general del INPEC está a la espera de las determinaciones que tome el Ministerio de Salud respecto a la posibilidad de reactivar las visitas, pero como toda institución que congregue personas, lo que se ha dicho es que estas dinámicas de interacción presencial se supeditan a las condiciones sanitarias y de propagación del coronavirus”, puntualizó la directora.
La protesta, por demás pacífica, contó con el acompañamiento en la parte exterior de miembros de la policía, el ejército y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Andes, estrategia de prevención frente a cualquier emergencia que pudiera presentarse. Asimismo, algunos familiares de los internos se dispusieron en los alrededores de la cárcel para aunarse a la protesta.
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