El rostro de Leonardo Fabio Castaño Vargas denota cansancio, pero también felicidad. Quienes le han visto aseguran que está dichoso de gozar la libertad que recuperó este lunes 26 de octubre, aunque como es apenas obvio, algo impactado por el choque emocional que genera el poder regresar a casa tras dos semanas de cautiverio. Este lunes al comenzar la noche acudió con toda su familia a la eucaristía celebrada en acción de gracias en la basílica La Inmaculada Concepción. Allí le entrevistó la periodista del canal Antena 4, María Cristina Flórez Yepes, y con quien compartió su gratitud con todos los que trabajaron y oraron por su liberación. “Solo tengo agradecimiento con toda la comunidad. He visto todo el movimiento en el municipio con las oraciones, con todo el acompañamiento a la familia. Tengo un agradecimiento enorme y los llevo en mi corazón”.
Decir que siempre conservó las esperanzas de volver a la libertad, sería mentir. La adversidad de su cautiverio era tal, que en ocasiones sentía que el optimismo se diezmaba y pensaba que un resultado positivo era difícil. La fuerza, a veces faltaba… sentía desfallecer, pero no lo hizo. “En ocasiones había mucho desánimo y tristeza, pero también había momentos de mucha fortaleza para poder llegar nuevamente a donde los seres queridos”.
El flagelo del secuestro no ha desaparecido en Colombia, es inevitable no recordar aquellas épocas de las pescas milagrosas y operaciones ilegales donde eran secuestradas, con fines extorsivos, empresarios y personalidades del país. Leonardo, sin embargo, dice que aquí seguirá trabajando. “En general afecta todo el desarrollo de la región porque la gente estará más temerosa al momento de salir e invertir en el desarrollo de la comunidad. Vamos a seguir trabajando en lo que sabemos hacer, hay que seguir, no podemos desfallecer”.
Su esposa, Catalina Muñoz Giraldo, se unió al mensaje de gratitud. “Darle gracias a la comunidad, a todo el pueblo jardineño que siempre estuvo con nosotros de corazón, a la alcaldía y a las personas que se acercaron con un aliento, un abrazo para mi familia, realmente fue muy especial y gracias a Dios ya podemos tener a Leo y a la familia completa”.
Sin muchos detalles, pero eso sí, agradecido con Dios por la liberación de Leonardo, el alcalde de Jardín, Héctor Jaime Rendón, manifestó su felicidad. Solo el martes, tras consejo de seguridad y visiblemente afectado por la situación, el mandatario había expresado que el último caso de secuestro en su municipio había sucedido hacía 20 años, flagelo que espera, no se repita. “Es una satisfacción y una alegría inmensa, le agradecemos a Dios, a las autoridades que hoy tenemos liberado sano y salvo a nuestro compatriota Leonardo Castaño”.
Y aunque la prudencia frente a cómo se dio el proceso de liberación por parte de las autoridades genera intriga si se compara con otras victorias donde se entrega con particular detalle el accionar de la fuerza pública, lo cierto es que tienen razón al definir lo que realmente importa en este caso: el regreso de Leonardo. Coronel Luis Argos, comandante operativo de la Policía de Antioquia. “Lo importante es decir que el señor Leonardo está con su familia, que hubo un gran sentimiento de la comunidad para que se lograra su liberación y obviamente un trabajo articulado entre las instituciones y la fuerza pública para lograr tenerlo de nuevo en su hogar”.
Aunque en el Suroeste antioqueño el secuestro no es un delito muy común, han resonado casos como el de Diana Toro, en 2018 en Amagá; el de Leobardo Ruiz en marzo de este año en Pueblorrico y recientemente el de Leonardo… todos con un común denominador: empresarios de la región. Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1970 y 2010, se registraron más de 39.000 víctimas de secuestro en Colombia, siendo la década de los años 90 la más álgida, cuando el país llegó a registrar más de 3.500 casos, alcanzando su pico máximo el año 2000. Las cifras han bajado considerablemente y para finales de 2018, se registraron 170 casos, según información de la Policía Nacional.
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