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Comunidad educativa de La Lejía pide celeridad para nueva escuela


Más de tres meses han pasado desde aquella tragedia que sacudió a Andes y al país cuando un deslizamiento arrasó el Centro Educativo Rural La Lejía, donde recibían clase 21 niños entre los 5 y 13 años, tres de ellos perdieron la vida ese fatídico 14 de julio. Hoy, tanto la profesora como los padres de familia y los niños siguen afrontando el dolor con acompañamiento psicológico y poco a poco han vuelto a sonreír, pero anhelan como nunca volver a un aula de clase en su territorio.


Desde entonces, los menores que sobrevivieron vienen recibiendo clase en el horario de la tarde en las instalaciones de la I.E. Tapartó, y aunque se muestran muy agradecidos por la atención que ha incluido desde el transporte hasta la asistencia psicológica necesaria, esperan poder tener nuevamente un centro educativo propio, cerca de sus hogares, tal y como les fue prometido por diferentes autoridades después de que el deslizamiento se llevara no solo la escuela, sino la vida de tres infantes.


“Me hace mucha falta la escuela porque ese es el espacio más apropiado para nosotros. Donde estamos ahora no es lo mismo de antes. No nos han dicho nada, pero comentan que nos van a ayudar con la construcción”. dice Matías, estudiante de grado quinto.



La escuela La Lejía quedó destruida tras el deslizamiento del 14 de julio. Fotos: cortesía.


Aún con dolor, pero también con la decisión de acompañar a los estudiantes y sus familias, la profesora Eliana Rincones espera volver a contar con un espacio que facilite las condiciones de estudio. Sabe que en el sector público todo toma tiempo, por eso con amabilidad, pide a quienes expresaron su compromiso en aquel momento a acelerar las decisiones y requerimientos que permiten la edificación de un nuevo centro educativo, uno conveniente y digno para los estudiantes.


“Es indispensable tener un espacio propio donde los niños puedan estudiar y sentirse en su ambiente para que las cosas funcionen de forma óptima. Hasta ahora no han desertado, pero puede verse afectada la población estudiantil el próximo año porque siempre está retirado el espacio, por ahora tenemos transporte escolar, pero no sabemos cómo funcionará en 2023. La información que nos dieron es que se había enviado el proyecto para la construcción de una nueva obra, pero no se ha dicho nada hasta el momento”. Afirmó la docente.


Comunidad educativa ha participado de acompañamiento psicosocial. Fotos: cortesía.


Alba Lucía Vélez es madre de familia de una de las estudiantes y siempre ha acompañado y apoyado las actividades y procesos de la escuela. Es además reconocida en la vereda por su liderazgo; no en vano, se ha encargado de gestionar la ayuda necesaria para hallar un nuevo terreno, ubicado en el sector La Cueva y que, por su ubicación, le conviene a todos los estudiantes. “En nombre de los niños, la docente, las madres les pedimos respuestas. No es necesario que tengan que pasar desastres para que lleguen las ayudas. Es necesario que vengan y miren el trayecto que recorremos con los niños todos los días para que se den cuenta de la situación que estamos viviendo”.


Conexión Sur indagó con el alcalde municipal Carlos Alberto Osorio Calderón, quien ha estado al frente de la situación desde que sucedió la tragedia. El mandatario informó que la Alcaldía de Andes ha actuado con base en las posibilidades que generan proyectos de este tipo. “Sabemos que es fundamental dar celeridad y en este sentido hemos avanzado en la búsqueda de terrenos para dar prioridad al que mejor se adapte a las necesidades de los estudiantes. Ahora lo que debemos esperar es que el Consejo Municipal nos otorgue las facultades necesarias en el próximo periodo de sesiones ordinarias (noviembre) para viabilizar los recursos que permitan adquirir el lote y los materiales para edificar nuevamente la escuela”, precisó el alcalde, quien agregó que “es pertinente mencionar que los padres de familia proponen varios lotes para compra, pues algunos manifestaron no estar de acuerdo con la construcción del Centro Educativo Rural La Lejía en los predios que fueron ofrecidos en calidad de donación”.


Tanto niños como padres de familia y agradecen el acompañamiento recibido en asistencia psicológica, transporte y reubicación, pero quieren saber cuándo tendrán de nuevo una escuela tan digna y propia como sus respectivos hogares.


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