
Incendios por doquier. Eso es lo que viene pasando desde mediados de enero en todo el Suroeste antioqueño ante las altas temperaturas, algunos por manos criminales y otros quienes pecan ingenuidad por seguir ejecutando quemas controladas, mismas que están prohibidas, precisamente, porque las condiciones climáticas veraniegas favorecen su expansión.
Este miércoles 21 de febrero, por ejemplo, se registró un incendio de tan grandes proporciones en la parte alta del municipio de Salgar, que solo pudo ser controlado con la ayuda de 24 bomberos de los municipios de Hispania, Andes, Jericó, Betania, Pueblo Rico, Ciudad Bolívar y Fredonia, que de la mano de voluntarios locales, alcanzaron a ser alrededor de 60 personas dedicadas a controlar y sofocar el incendio, haciendo uso todos los recursos disponibles para contener la emergencia tras dos días de trabajo.
Una vez terminada la misión allí, los bomberos de Andes debieron apoyar otra conflagración de tejido vegetal que se presentó la tarde de este jueves 22 de febrero en la vereda Cajones, de Betania, de la mano de colegas de ese municipio y de Ciudad Bolívar, además de habitantes de la zona.
En Ciudad Bolívar, Caramanta y Titiribí, también se registraron incendios de gran magnitud que exigieron recursos, tiempo y arrojo por parte de los Cuerpos de Bomberos de la subregión, que ya no saben cómo pedirle a las comunidades NO HACER QUEMAS por más experticia que se tenga en el tema, pues aquello del cambio climático es REAL y las condiciones de juego bajo dichas circunstancias ahora son otras.
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