La verdad duele, y esta que viene, sí que más: siguen muriendo millones de abejas en el Suroeste antioqueño por cuenta de la fumigación con agroquímicos. Conexión Sur ha denunciado públicamente este crimen contra el medio ambiente que deja como víctimas, no solo a la especie más importante en el proceso de polinización, sino también a decenas de apicultores, como Henry Barrera Builes ‘Willy’, de Santa Bárbara, que en video registró el 2 de mayo la fumigación de cafetales con máquinas estacionarias en una finca aledaña a su apiario, lo que habría provocado la muerte de millones de abejas en 20 colmenas. “Aquí al frente en La Camelia fumigan los cafetales no sabemos con qué lo hacen, esperemos que no le vaya a pasar nada a las abejas”. Pero el 3 de mayo el panorama era desolador. “La colmena no queda sirviendo para nada, la mayoría murieron. A los vecinos que riegan veneno les digo que las abejas ayudan a la polinización de manera gratuita”.
Por si fuera poco, Henry debe seguir produciendo a como dé lugar, cargando no solo con el peso de la pérdida de millones de abejas, sino con la contingencia económica generada por la pandemia de COVID-19, los cobros del préstamo realizado en el Banco Agrario y el cambio climático. “La flora melífera no ha podido abrir porque no sale el sol y está lloviendo mucho y toda la floración se está perdiendo. Yo espero que esta temporada que es de verano, es de polen, de néctar, pueda mejorar; sino los apicultores nos vamos a ir a la quiebra, nuestras abejas se van a morir o no vamos a tener con qué alimentarlas”.
Como Henry, decenas de apicultores han denunciado la mala praxis ante los entes encargados de la regulación de uso de agroquímicos. Luego de la publicación de un suceso similar en junio de este año en el corregimiento La Chaparrala, zona rural de Andes, a Conexión Sur comenzaron a llegar denuncias de episodios afines en Jardín, Concordia, Salgar y Betulia. Los afectados aducen haber llevado a cabo las respectivas denuncias en las secretarías de agricultura de sus municipios y por supuesto, Corantioquia; pero lo cierto es que no hay mayor aleccionamiento hacia los infractores.
El 28 de noviembre de 2018 la Asamblea Departamental de Antioquia expidió una ordenanza declarando a las abejas como insectos de interés ecológico, social y económico en el departamento, documento incluido en la política de seguridad alimentaria de Antioquia, garantizando recursos para su protección e incentivo; pero como dicen por ahí, ‘muy bonito y todo, ¿pero para qué? si las abejas seguirán muriendo, si el compromiso es de todos y de nadie, si no hay sanciones para quienes atenten contra la vida de estos seres que por pequeños, molestos o peligrosos que puedan parecerle a muchos, están cumpliendo un papel fundamental para la existencia de todas las especies.
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