¡Qué dilema! Al Centro Educativo Rural La Piedra, de Andes, no le cabe un niño más… y a simple vista, tal situación pareciera hasta positiva, pues develaría un alto nivel de escolarización en esta comunidad rural, pero la cosa cambia de castaño a oscuro si se tiene en cuenta que la capacidad de dicho establecimiento es para 20 estudiantes y en este momento reciben clase por lo menos cien, pero… ¿por qué tantos?
Heriberto Chaverra, rector de la I.E. San Peruchito explicó la situación actual. “La población indígena ha ido aumentando día a día, en estos momentos tenemos cien estudiantes matriculados y no tenemos dónde alojarlos. Hay dos grados con un promedio de 40 niños que están estudiando a la intemperie. Hace unos 10 años llevaron a estas comunidades indígenas para los sectores de Santa Inés llamados Santa Isabel y Dojuro y al parecer no se amañaron allá y se han ido regresando al sector La Piedra y han ido matriculando a los niños”.
La comunidad indígena Emberá Katía, que había sido trasladada al resguardo de Dojuro, en el corregimiento Santa Inés, tenía allí su propia escuela, unas instalaciones apenas propias para la población escolar, pero tras el desplazamiento de toda la comunidad y su posterior reubicación en mayo del año pasado en la vereda La Piedra, se generó una sobrepoblación con la que es difícil trabajar, por ende, las clases deben darse al aire libre -ya que en los dos salones del citado centro educativo, los estudiantes no caben.
“El alcalde me ha afirmado que anteriormente había hecho un estudio y la Gobernación de Antioquia dieron la respuesta en convenio con planeación municipal en la que indican que la escuela está en zona de riesgo y que no se puede hacer una construcción allí porque está muy cerca al río. Existe la posibilidad de construir dos salones de manera liviana encima de los existentes”. Aseveró el rector Chaverra.
Así deben recibir clase los estudiantes del centro educativo. Fotos: cortesía.
Desde la administración municipal se han llevado a cabo las gestiones necesarias ante el área de infraestructura educativa de la Secretaría de Educación de la Gobernación de Antioquia, y mientras se encuentra una solución, se han tomado alternativas como la doble jornada, dividiendo el grupo para que unos reciban clase en la mañana y otros en la tarde, pero lo cierto es que se requiere nuevos espacios.
En lo público, un proyecto así -además de oneroso- lleva tiempo, exige estudios, permisos, análisis de oferentes, procesos de licitación y muchos detalles que aletargan la solución, sin embargo, el directivo docente manifiesta que es necesario acelerar las gestiones. “Me pongo muy triste cuando voy a este establecimiento y veo las condiciones de los niños, cuando hay sol, frío se deben aguantar todo. Hago un llamado a las autoridades competentes y si la administración plantea que los recursos son escasos, yo diría que se deben aumentar gestiones en la gobernación de una manera oportuna y acelerada. Son varios años haciendo planteamientos sobre las necesidades en este espacio del corregimiento La Chaparrala”.
No es la única escuela adscrita a la Institución Educativa San Peruchito que necesita ayuda. El C.E.R. El Líbano debe ser intervenido tras quedarse sin techo en la ventisca del pasado 20 de febrero y los estudiantes deben recibir clase en la caseta de la junta de acción comunal, situación similar de la comunidad estudiantil de El Libanón.
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